¿QUÉ ES EL TDAH?

El TDAH o “trastorno por Déficit de Atención con/sin Hiperactividad” es un trastorno neurobiológico de carácter crónico, que afecta entre un 5 y un 10 % de la población infantil, y en muchos casos sigue afectando en la edad adulta.

Está caracterizado por una dificultad de mantener la atención voluntaria frente a actividades, tanto académicas como cotidianas. En algunos casos, puede aparecer un exceso de movimiento físico, junto con una falta de cotrol de impulsos. Los primeros que suelen detectar estos casos suelen ser los profesores, pero en muchas ocasiones los padres ya se dan cuenta desde que los niños/as son pequeños (antes de los 7 años) de que algo les sucede:

    • Parece que no escuchan.
    • Les cuesta realizar las actividades cotidianas.
    • Les cuesta mucho tiempo hacer los deberes.
    • Se mueven mucho en la silla o incluso llegan a levantarse.
    • A menudo responden sin pensar.

CARACTERÍSTICAS DEL TDAH

Entre el 5-8% de los niños/as en edad escolar tienen TDAH, y muchos aún no lo saben. Este trastorno psicológico tiene un impacto negativo en el rendimiento escolar del niño/a, así como en la relación familiar y con los amigos. Así pues, la detección temprana así como un tratamiento adecuado pueden conseguir que los síntomas de este trastorno disminuyan.

Los niños/as a partir de los 7 años deberían consultar al especialista cuando presenten 6 o más de los siguientes síntomas:

FALTA DE ATENCIÓN (O DESATENCIÓN)

    • A menudo no presta atención suficiente a los detalles o incurre en errores por descuido en las tareas escolares, en el trabajo o en otras actividades.
    • A menudo tiene dificultades para mantener la atención en tareas o en actividades lúdicas.
    • A menudo parece no escuchar cuando se le habla directamente.
    • A menudo no sigue instrucciones y no finaliza tareas escolares, encargo u obligaciones en el centro de trabajo (no se debe a comportamiento negativista o a incapacidad para comprender las instrucciones).
    • A menudo tiene dificultad para organizar tareas y actividades.
    • A menudo evita, le disgusta o es renuente en cuanto a dedicarse a tareas que requieren un esfuerzo mental sostenido (como trabajos escolares o domésticos).
    • A menudo extravía objetos necesarios para tareas o actividades (como juguetes, trabajos escolares, lápices, libros o herramientas).
    • A menudo se distrae fácilmente por estímulos irrelevantes.
    • A menudo es descuidado en las actividades diarias

HIPERACTIVIDAD

    • A menudo mueve en exceso las manos o los pies o se remueve en el asiento.
    • A menudo abandona su asiento en la clase o en otras situaciones en las que es inapropiado hacerlo.
    • A menudo corre o salta excesivamente en situaciones en las que es inapropiado hacerlo (en los adolescentes o adultos puede limitarse a sentimientos subjetivos de inquietud).
    • A menudo tiene dificultades para jugar o dedicarse tranquilamente a actividades de ocio.
    • A menudo ‘está en marcha’ o actúa como si ‘tuviera un motor’.
    • A menudo habla en exceso.

IMPULSIVIDAD

      • A menudo precipita respuestas antes de haber sido completadas las preguntas.
      • A menudo tiene dificultades para guardar turno.
      • A menudo interrumpe o se inmiscuye en las actividades de otros (p.ej., se entromete en conversaciones o juegos).

Dentro de este conjunto de síntomas de TDAH pueden diferenciarse tres subtipos:

    • 1. Subtipo con predominio de déficit de atención (sobre todo aparece en las niñas).

 

    • 2. Subtipo con predominio de hiperactividad e impulsividad (aparece poco).

 

    • 3. Subtipo combinado, cuando aparecen síntomas de falta de atención y de hiperactividad (éste es el más común).

 

Este trastorno aparece con más frecuencia en los niños/as, con una proporción de 4:1 con respecto a las niñas, aproximadamente.

En el Trastorno por Déficit de Atención con/sin Hiperactividad, sus síntomas característicos provocan que en ocasiones sean fácilmente confundidos con niños/as maleducados, sin límites en la familia…Cuando no son tan movidos, simplemente se les etiqueta de niños/as vagos o que no les gusta estudiar.

Todo ello provoca que se tomen medidas no apropiadas, como castigarles con mucha más frecuencia por moverse demasiado, por no querer hacer los deberes, por no hacer las cosas cuando se les ordena…cuando está comprobado que estos castigos no provocan cambios a largo plazo.

Además, uno de los factores que más se ve afectado es la autoestima y la imagen personal, por la frecuencia con la que a estos niños/as se les recuerda que “no hacen las cosas bien”.

POR DÓNDE EMPEZAR

Un diagnóstico correcto y precoz es imprescindible para que padres y profesores puedan ayudar a los niños/as y niñas afectados, así como para evitar futuros problemas que puedan surgir. Normalmente es a partir del comienzo de la etapa escolar (primaria) cuando comienzan a surgir las dificultades académicas, aunque en muchos casos tanto profesores como padres pueden haber observado dificultades en la etapa preescolar.

Los primeros pasos a dar cuando se sospecha de un caso de TDAH pasan obligatoriamente por el pediatra. Éste puede hacer una breve valoración de los síntomas y/o derivarlo al especialista correspondiente (psiquiatra infantil, neurólogo, etc.).

Paralelamente, conviene consultar con un psicólogo con experiencia en TDAH para que valore los síntomas y, en caso necesario, realice una evaluación neuropsicológica del niño/a. Dicha valoración suele resultar de mucha utilidad para confirmar o descartar el diagnóstico por parte del médico. También para descubrir las áreas en las que el niño/a tiene mayores dificultades, y así poder trabajarlas más adelante en la consulta del psicólogo.

TRATAMIENTO

Una vez que se confirma el diagnóstico, el papel del psicólogo resulta necesario para la familia y para el niño/a, ya que ayuda a comprender el trastorno, buscar soluciones a problemas concretos, mejorar la convivencia familiar, aconsejar a los profesores cómo ayudar a su alumno, entrenar la atención, mejorar la autoestima del niño/a…

Se trata de un trastorno que no afecta únicamente al rendimiento académico, sino a muchos ámbitos de la vida del niño/a, y es por esto por lo que se hace tan necesaria una intervención precoz y un tratamiento adecuado y personalizado.

El tratamiento en TDAH es multidisciplinar, lo cual quiere decir que debe existir una coordinación entre las diferentes personas y profesionales que intervienen con el niño/a. Las bases de este tratamiento son la Intervención psicológica, educativa (padres-colegio) y farmacológica.

CON LOS NIÑOS/AS:

Con la intervención psicológica se pretende ayudar a los niños/as a madurar su capacidad de autocontrol, de atención y de impulsividad usando procedimientos conductuales, de autocontrol, autoinstrucciones, ejercicios de atención sostenida, entrenamiento en planificación, y también mejorar la autoestima, etc.

CON LOS PADRES:

Los padres deben aprender a comunicarse de manera eficaz con sus hijos con TDAH, entendiendo el trastorno y las dificultades que provoca, para afrontar la constante evolución del trastorno, conseguir una convivencia familiar sana y un aumento en el desarrollo personal de los hijos.

 

CON EL PROFESOR:

Es en el colegio donde los niños/as con TDAH encuentran los mayores problemas, debido a su falta de atención (que les lleva adespistarse frecuentemente) hiperactividad (lo que les convierte en niños/as ruidosos y molestos) e impulsividad (que provoca que contesten sin pensar). También les cuesta organizarse, planificar las actividades y realizar cualquier tarea les requiere más tiempo del necesario.

Por tanto, es muy importante que los profesores se informen y se formen para que acepten que los alumnos con TDAH requieren de un aprendizaje distinto.

 

MEDICACIÓN:

El tratamiento farmacológico se realiza con dos tipos de medicación: metilfenidato o atomoxetina y se ha demostrado que es eficaz entre un 70-80% en la reducción de los síntomas.

Un porcentaje muy alto de niños/as con TDAH responde bien a la medicación, lo que hace que los síntomas mejoren, frenando las conductas impulsivas e hiperactivas, y mejorando la capacidad de atención. Pero hay que aclarar que la medicación no cura el trastorno, principalmente porque es un trastorno sin cura.

Además del tratamiento farmacológico, es necesario aplicar también un tratamiento psicológico, educativo y familiar, ya que la medicación mejora muchos síntomas del trastorno, pero no todos. El tratamiento farmacológico por sí solo no es ni suficiente ni eficiente.

TÉCNICAS DE ESTUDIO

Las técnicas de estudio son un conjunto de métodos, hábitos y técnicas para mejorar el rendimiento en el estudio. Los buenos resultados académicos no dependen únicamente de la inteligencia del que estudia, sino también de la adecuada planificación, organización y utilización de un método que nos ayude a integrar mejor la información que debemos aprender. Algunas de las cosas que forman parte de éste método son la lectura comprensiva, el subrayado, el resumen, los esquemas, etc.

Además, en nuestro servicio ofrecemos la posibilidad de aplicar estas técnicas con el propio material escolar del alumno, rentabilizando así el tiempo de aprendizaje de dichas técnicas aplicándolas directamente a sus libros de texto.

 

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